El Desafío
Antes de 2006, "Iper - La Grande I" gestionaba el registro y la conciliación de facturas manualmente en cada tienda, con procesos fragmentados en hipermercados y centros logísticos. Cada establecimiento manejaba su propia documentación, archivando los registros en papel en la sede central, lo que demandaba importantes recursos organizativos. Anualmente, más de 850,000 facturas eran procesadas por más de 120 empleados locales, con el apoyo de 15 coordinadores centrales. A medida que la empresa se expandía a nivel nacional y el volumen de documentos aumentaba, este enfoque se volvió ineficiente y costoso.
En 2006, la empresa inició un proceso de digitalización para mejorar la eficiencia y reducir la carga administrativa. El nuevo sistema centralizó las operaciones, permitiendo un control más eficaz y una gestión optimizada del IVA. Esta transición implicó una reestructuración de los procesos internos y la colaboración con entidades externas.